Estereotipos en la series de Boing 3
Las aventuras de Chuck y sus amigos
Chuck es un
camión pequeño y aventurero que derrocha energía e imaginación allá por donde
va. Su curiosidad por descubrir mundo y su infinita capacidad para soñar
despierto lo llevan en muchas ocasiones a meterse en algún que otro problema.
Junto a sus amigos Boomber, Handy, Digger y Rowdy, Chuck se enrolará cada día
en diferentes y divertidísimas aventuras.
Serie de
animación muy adecuada para los más pequeños de la casa. Todo gira en torno a
las aventuras que generan una pequeña pandilla de camiones. Los personajes son
divertidos, entretienen y educan en los valores de la amistad y el trabajo en
equipo.
Chuck, el
protagonista, es un camión atrevido, simpático, imaginativo que siempre juega
con sus amigos y aprende nuevas cosas cada día. La moraleja está en cada
capítulo de forma didáctica y clara para que los niños de más de 3 años puedan
entenderla y se diviertan aprendiendo.
Tal y como
afirma su creador, Las aventuras de Chuck es una buena manera
para ayudar a los niños a lo largo de su desarrollo social, ya que trata temas
de fondo como la cooperación y la formación del carácter a base de observar
hábitos positivos dentro de la comunidad y la familia. Además, la serie también
se centra en cómo resolver los problemas más comunes de los niños (el miedo a
ir al doctor, desobedecer a los padres, etc.) con una actitud positiva ante la
vida.
En lo que
respecta a la animación, en muchas ocasiones puede recordar (a excepción de que
no hay personajes humanos) a Bob el manitas tanto por el llamativo colorido
como por sus trazos, muy adecuados para captar la atención del público
infantil.
Emitida en
Canadá, Estados Unidos y el Reino Unido, la serie ha sido creada por Adam
Beechen, especialista en la construcción de guiones infantiles cuyos trabajos
van desde Rugrats, aventuras en pañales o Teen Titans hasta Ben
10.
En
definitiva, una opción más que recomendable y didáctica, que los seguidores de
la serie nos señalan tras esta crítica realizada.
El show de Garfield
http://www.youtube.com/watch?v=PmnFc43BpiE
El show de Garfield es la versión animada en 3D de las clásicas tiras cómicas protagonizadas por el gato más perezoso y comilón de la pequeña pantalla. Esta serie, que inició su andadura en Francia en 2008 y pronto fue traducida al inglés y al español, es la continuación de Garfield y sus amigos.
Crítica
Una vez más, las tramas se centran en la despreocupada personalidad de su protagonista que tiene la habilidad de convertir cualquier circunstancia corriente en una particular desgracia. Sus compañeros de hogar Jon, el dueño de Garfield torpe y falo de ingenio, y Odie, el perro anodino y mascota ejemplar, son el blanco de las bromas de este gato que nunca se responsabiliza de sus errores, excepto cuando no le queda más remedio.
Se trata de una animación poco ejemplar para los niños, pero entretenida e ingeniosa para los que crecieron con las aventuras creadas por Jim Davis hace más de 30 años.
Chowder
Crítica
Investigando por la Red, puedo establecer que Chowder es una serie de animación que combina las escenas de stop-motion con marionetas creadas por C. H. Greenblatt, la misma persona responsable del storyboard de Bob Esponja. A pesar de todos los pros y contras que pueda tener éste personaje, el felino Chowder y compañía son paradigmas del mal gusto y la frivolidad.
Para empezar, los temas principales giran en torno al sexo implícito y a los insultos entre los personajes, sobre todo, las imprecaciones dirigidas a los más gordos riéndose de su cuerpo ‘antiestético’ y las abundantes bromas machistas con un lenguaje bastante inapropiado para los más pequeños. Panini es una conejita rosa que está convencida de que es la novia de Chowder y éste no hace más que despreciarla.
No sólo el guión puede resultar ofensivo, los dibujos son feos y muy vulgares, ya que siempre están comiendo, dejándose llevar por la gula más voraz. Además, sus trazos son grotescos para potenciar los traseros y delanteras (como el caso de la Sra. Endivia o Kimchi, la nube fétida mejor amiga de Chowder, que sólo sabe de ventosidades).
La serie es una recopilación de malos modales, rivalidades e insultos varios que no aportan nada interesante ni educativo a los niños, más bien todo lo contrario.
Para empezar, los temas principales giran en torno al sexo implícito y a los insultos entre los personajes, sobre todo, las imprecaciones dirigidas a los más gordos riéndose de su cuerpo ‘antiestético’ y las abundantes bromas machistas con un lenguaje bastante inapropiado para los más pequeños. Panini es una conejita rosa que está convencida de que es la novia de Chowder y éste no hace más que despreciarla.
No sólo el guión puede resultar ofensivo, los dibujos son feos y muy vulgares, ya que siempre están comiendo, dejándose llevar por la gula más voraz. Además, sus trazos son grotescos para potenciar los traseros y delanteras (como el caso de la Sra. Endivia o Kimchi, la nube fétida mejor amiga de Chowder, que sólo sabe de ventosidades).
La serie es una recopilación de malos modales, rivalidades e insultos varios que no aportan nada interesante ni educativo a los niños, más bien todo lo contrario.
Be Boing
Be Boing es más que un concurso, es un lugar en el que vivir de lleno el mundo Boing y las aventuras que viven nuestros personajes. Laberintos, bosques, videojuegos, bichos mutantes, alienígenas, carreras, saltos, risas, música, perros, gatos, ratones, humanos sobrehumanos… ¡y todo eso lo podrás compartir con tu mejor amigo!
Marta Simonet presenta este concurso infantil en el que tres parejas de niños se enfrentan a diversas pruebas de habilidad para conseguir el premio final. El gordo es una PS Vita. Cada uno de los retos representa una serie que emite Boing así, de paso, se autopromociona el canal.
Para ayudar a Simonet y proporcionar al espacio un toque de humor irreal e infantil, dos muñecos de trapo, que responden por Coski y Norber, protagonizan gags que dan paso a las pruebas o entretienen el guión.
A pesar de que la presentadora hace todo lo posible -se agota y agota al espectador con sus gritos y vocabulario entusiastas- por insuflar emoción, espectacularidad al concurso, es evidente que Be Boing carece de presupuesto para llevar a cabo lo que pretende transmitir.
Aún así, la imaginación suple ideando pruebas sencillas pero divertidas, la emoción infantil crea la tensión necesaria y el premio final la necesidad de conocer el desenlace. Sin embargo, los aplausos enlatados, la música que acompañe en presentaciones y pruebas y algún que otro efecto sonoro ayudarían a que este espacio se viera más completo y convincente. Por ahora, es entretenido sin más.